Santiago, 17 de julio de 2014.- La actividad tiene como propósito otorgar una mayor profundidad de análisis al impacto que las jaurías de perros salvajes o bravíos ocasionan sobre la ganadería y fauna silvestre. Para ello se ha privilegiado el desarrollo de una jornada de diálogo y análisis que busca recoger alcances particulares y fundamentales para una mejor evaluación general de la situación observada por la tenencia de estos animales o su abandono. Esta metodología - no deductiva - se deriva de las diversas funciones fiscales involucradas, las aproximaciones técnicas y científicas, y las disímiles percepciones y constancias ciudadanas, a saber:
La situación de abandono de perros en la vía pública, urbana o rural, representa un riesgo para la salud, la seguridad e higiene del ambiente. En este sentido, constituye una tarea relevante y de prioridad para el Ministerio de Salud, especialmente considerando que estos animales pueden transmitir enfermedades al hombre (zoonosis).
Por otra parte, en el sector rural, los efectos de la situación de abandono se observan en la depredación ejercida por los canes sobre la ganadería en diferentes regiones del país. De igual manera, la fauna silvestre se ve afectada por la competencia directa de los perros con los carnívoros silvestres, lo que altera el equilibrio natural de los diversos ecosistemas nacionales. Cabe señalar que los perros actúan también, como una especie exótica invasora que potencialmente puede transmitir diversas enfermedades a la fauna silvestre del país. Bajo esta dimensión, la problemática se incorpora en las agendas técnicas de los ministerios de Agricultura y del Medio Ambiente.
Adicionalmente, las municipalidades, ya sea de manera directa o en conjunto con otros órganos de la Administración del Estado, disponen de facultades para actuar en materias de salud pública y protección del medio ambiente y, por tanto, tienen facultades para prevenir, remediar y/o mitigar los efectos que el abandono de mascotas provoca en sus respectivas jurisdicciones.
Además, y considerando que las diferentes razas de perros constituyen principalmente animales de compañía, existe una evidente connotación social, cultural y ciudadana que debe ser atendida, sin perjuicio de la obligación fiscal atingente al cumplimiento del precepto jurídico o a la elaboración y aplicación de planes y programas necesarios para regular su tenencia y bienestar animal.
Finalmente, cabe destacar que estas y otras consideraciones técnicas particulares deben, asimismo, dialogar con los esfuerzos académicos que han abordado esta problemática desde una perspectiva científica, a fin de enfrentarla con una visión global ambiental, integrando toda su evidente complejidad pública, urbana y rural.