Región de O´Hoggins.- Con el objetivo de conocer las condiciones de producción, procesamiento y características de las cerezas chilenas, el inspector del organismo oficial de agricultura de Corea, Sang-Hun Lee, visitó la región de O’Higgins.
Cabe destacar que este fruto podrá ser exportado a este país en un futuro próximo, ya que se ha avanzado en los protocolos definidos por la nación asiática, que exige las condiciones de sanidad que la producción local está en condiciones de cumplir.
La visita, realizada por el representante de la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal de Corea, se dio en la habitual revisión al Programa de Control Oficial de Moscas de la Fruta que el SAG desarrolla en el país y en la región.
“Es importante señalar que, si bien estamos libres de este flagelo desde el año 2005, todos los años se realiza una visita de supervisión a nuestras labores en el programa por parte de este organismo coreano. El trabajo desarrollado en terreno por los funcionarios y las funcionarias de esta institución nos permite mantener las fronteras abiertas para los diversos productos que hoy ya se exportan a Corea y más de un centenar de países en todo el mundo”, destacó Rodrigo Sotomayor, Director Regional del SAG.
System Approach en cerezas a Japón
En otra material ligada a la exportación de productos vegetales, este año comenzó a operar la exportación de cerezas a Japón bajo el System Approach, sistema de mitigación de plagas que remplaza la fumigación química con bromuro de metilo como condición para exportar al país asiático, por un sistema de monitoreo y control en el huerto. El avance en la implementación del programa fue supervisado por el inspector del MAFF, organismo sanitario oficial de Japón, Tatsuo Matsuda.
En lo particular de las cerezas, el objetivo trazado por el organismo fitosanitario japonés es prevenir el ingreso de la polilla de la manzana, Cydia pomonella, insecto ausente en el medioambiente productivo japonés.
La estrategia de mitigación de plagas, System Approach, se inicia en el huerto y consiste en vigilar la presencia la plaga a través de una red de trampas y estableciendo los controles fitosanitarios para el control de estos insectos.
Las aplicaciones y monitoreo de trampas se efectúan acorde a la biología de la polilla, con el fin de mantener una baja prevalencia de la plaga en el huerto, de tal manera que se llegue a la cosecha sin su presencia. Previamente, se debe realizar la inscripción de los huertos ante el SAG con el fin de optar a este sistema.
“Hemos detectado mucho interés en los productores, ya que uno de los mayores beneficios es a nivel de comercialización del producto, porque se evita la fumigación, lo que significa una calidad superior en la fruta”, sostuvo Sotomayor.