Luego de verificar el cumplimiento de las acciones y procedimientos de erradicación de polilla del racimo de la vid, Lobesia botrana, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Bío Bío levantó tres áreas reglamentadas por la presencia de la plaga, beneficiando a 98 productores/as de uva y siete de arándanos.
Al respecto el Director Regional del SAG de Bío Bío, Jaime Peña Cabezón, explicó que “de acuerdo a los protocolos definidos se verificó la ausencia de la plaga por seis ciclos biológicos en el sector urbano de Quilleco y en las áreas rurales la Viñita, comuna de Coihueco, y Batuco, comuna de Ránquil, en las cuales se aplicaron medidas para controlar y erradicar la plaga, como por ejemplo la instalación de emisores de confusión sexual, control químico y control del movimiento de uva, entre otras acciones”.
Desde el 12 de agosto de 2016 el sector urbano de Quilleco se encontraba reglamentado, mientras que siete predios de arándanos del sector La Viñita de Coihueco, con una superficie de 58 hectáreas, estaban cuarentenados y en el caso del sector Batuco de Ránquil 98 predios de vid, con una superficie de 191,36 hectáreas, se encontraban reglamentados desde el 7 de mayo de 2015.
Asimismo destacó que “esta es una muy buena noticia para el sector frutícola de nuestro país, debemos continuar el trabajo conjunto (sector público – privado) para controlar esta plaga, especialmente las orientadas al sector urbano, zona en la cual hay mayor presencia de esta polilla en nuestra región”, dijo Jaime Peña.
Sobre la dispersión de la plaga en la región, el directivo del SAG llamó a la comunidad regional a no trasladar uva, leña de vid o restos de poda, sin la autorización del SAG, ya que esta es una de las vías de mayor probabilidad de diseminación de la plaga.
A la fecha existen 333 predios de arándanos en área reglamentadas, de los cuales 73 deben realizar acciones de control, mientras que 2.207 predios de vid se encuentran reglamentados, de los cuales 533 deben efectuar medidas de control.
Esta plaga, originaria de Europa, ataca a los viñedos y su larva provoca un daño directo al alimentarse de los racimos, produciéndose una pudrición y deshidratación de las bayas, situación que hace disminuir la calidad del fruto y el rendimiento de la viña.