La sintomatología suele aparecer principalmente en las hojas, pero también en frutos. La detección es difícil, porque los síntomas pueden confundirse con otras enfermedades o con deficiencias nutricionales, por lo cual lo más seguro es analizar las plantas sospechosas, a través de técnicas moleculares en laboratorio.
Por lo tanto, vigilar periódicamente las plantas, es muy importante para detectar los siguientes síntomas:
1.- En los árboles:
Se observan árboles con detención de crecimiento, zonas con brotes amarillentos o color verde más pálido. Los árboles infectados pueden presentar múltiples flores fuera de temporada, las cuales se caen en su mayoría.
2.- En las hojas:
Amarillamiento y, en casos severos, engrosamiento de las venas. En el resto de la lámina se observarán zonas de color amarillo y verde, sin formas o límites definidos, formando manchas o moteados amarillos. Es importante comparar las dos mitades de la hoja, porque el patrón de amarillamiento o moteado es asimétrico o diferente en cada lado.
3.- En frutos:
Árboles enfermos producen frutos pequeños, de forma irregular o deformes, con una cáscara más gruesa y pálida, la que se mantiene verde en la parte inferior. Al partir por la mitad un fruto infectado, pueden observar- se semillas abortadas en el interior y la columela (línea blanca central) curvada con líneas vasculares amarillas.