En frejol, los síntomas iniciales de la enfermedad consisten en el marchitamiento de las hojas durante períodos de clima cálido y seco o períodos de estrés por humedad, debido a la presencia del patógeno dentro del sistema vascular, que bloquea el movimiento normal del agua desde las raíces hacia el follaje. Las plantas a menudo se recuperan durante las horas de la tarde cuando las temperaturas son más bajas, pero se marchitan nuevamente durante el calor del día. La gravedad de la enfermedad y la mortalidad de las plantas suelen ser mayores en las plantas jóvenes o en las que crecen a partir de semillas infectadas. Las plántulas son particularmente susceptibles, y si son atacadas cuando tienen una altura de 5 a 7,5 cm, por lo general mueren.
En la etapa de crecimiento vegetativo, floración y fructificación, las plantas también son susceptibles, aunque los síntomas son menos pronunciados ya que la enfermedad generalmente se desarrolla y progresa más lentamente. En las hojas causa lesiones intervenales cloróticas y necróticas rodeadas de un halo amarillo, y marchitez. La decoloración de la semilla es un síntoma común en la enfermedad del marchitamiento bacteriano. Si las plantas infectadas sobreviven para producir semillas maduras, a menudo se decoloran como resultado de la infección y colonización bacteriana, particularmente en los cultivares de semillas blancas.
En soya los síntomas son clorosis intervenales que extienden su tamaño y luego el tejido necrosa con un color pardo amarronado, la clorosis siempre se mantiene alrededor de la mancha.